Una pareja cristiana nace, como todas las otras, por el afecto. Pero para dos creyentes, el afecto es la sugerencia de Dios que dice: “Los quiero juntos”. Por tanto, que Dios quiera que estemos juntos para enfrentar la vida y para caminar juntos hacia el destino, ésta es la esencia del porqué yo te quiero. (Don Giussani-Sicari).